El lujo y la cultura light

Estamos en un mundo superficial en el que se ha sacrificado todo crecimiento interior humano creando esto  una incapacidad generalizada para reflexionar y la eliminación de raíz de todo sentido crítico. Esta forma de pensar y ver la vida, es la expresión más nítida de este tipo de cultura que se ha ido generando y extendiendo  paulatinamente gracias a los medios de comunicación. En Espiritualmente queremos hacer mención a la cultura Light es el culto al no esfuerzo, a la pasividad, y se mueve por  los valores del vicio, el lujo, la apariencia y la superficialidad y tal y como dice Lipovetski, la sociedad parece inmersa en esta cultura sino que además toda la sociedad junta forma una masa

Centrándonos en el lujo, en sus inicios estaba relacionado con el fin del hombre y la forma de enfrentarse a la muerte de la mejor manera posible y de que esta no lo alcanzase antes de haber gozado suficiente, es decir, de disfrutar lo máximo  antes de morir, y en algunos caso el lujo se ve en honrar a los dioses para tener un mejor porvenir en el mas allá. El lujo inspira la renovación, hacer que el ciclo de la vida continúe y  por esto podemos ver que en la antigüedad se tiraban riquezas al mar, en al edad media se daban festines derrochando comida y bienes y en la modernidad las marcas cambian cosas de la moda, así el ciclo continua y vuelve a empezar. El lujo avanza y se adapta a la sociedad, está en constante cambio y presente en todas las épocas.

En cambio, en la modernidad la vestimenta de alta costura es lo que mejor lo representa. A diferencia de tiempos anteriores, donde la realeza elegía su vestimenta con las telas más ostentosas con el fin de mostrar su poder y por lo tanto la capacidad de darse el lujo de llevar esas prendas, ahora y ya desde la segunda mitad del siglo XIX, son los modistas los que imponen sus estilos. Son creadores libres e independientes. El lujo se personaliza. En esta etapa no es el material del producto lo que da lujo sino el nombre de la firma o la marca del producto. Para nuestros antepasados el lujo tenia que beneficiar a la sociedad, en la actualidad el lujo se encuentra individualizado ya que de la unión de lujo y de Cultura Light surge el que hoy día se quiera compenetrar conceptos totalmente opuestos y antónimos como gastar y malgastar para hacer que el vivir presente a todo lujo sea inolvidable en el resto de nuestra vida.

En nuestra época, la presente, el lujo lo vemos desde un ámbito económico con lo que toda la industria que se nutre de venta de artículos de lujo sufre un fuerte crecimiento ya que el mercado aumenta su demanda. Esto es posible gracias a que cada vez están más al alcance de todo el mundo los artículos de lujo, y antes sólo la clase más alta tenia acceso a estos productos, aunque hay que mencionar que el marketing se ha encargado de que haya lujos para cada clase. En los años 90 se contabilizaron alrededor de 412 marcas de lujo. Esto fue acompañado por otro fenómeno, el de la mediatización de las mismas, lo que incentivo la inversión publicitaria. Estas nuevas características encierran al lujo en una nueva era correspondiente al periodo de la segunda modernidad llegando a pensar mucha gente que el lujo es lo que embellece la vida del hombre y de la sociedad, siendo indispensable y pudiendo colocarse en la base de la pirámide de Maslow, y realizándose así un relevo en los valores de la humanidad y surgiendo los de la Cultura Light.

Las empresas que venden artículos de lujo se democratizan y hacen uso de la publicidad y el marketing para vender más productos y hacerse más ricas. La realidad mediática que crea la publicidad y el marketing provoca el deseo del hombre de ostentar y mostrar sus riquezas, no solo de sentirse admirado por el resto, sino que en esta era, también se trata de sentirse satisfecho con uno mismo intentando encontrar a toda costa razones para sentirse realizado y mejor uno. El hombre esta atrapado por el culto a las marcas, a los bienes preciosos y  al esnobismo y todo lo VIP. Los progresos de la modernidad (y las empresas a través de marketing y publicidad), dan lugar al semilujo, un lujo falso y de menor valor que apunta a las personas no tan ricas. El objetivo es crear productos similares a los que usa la clase alta, de precios más bajos y en producción en cadena, para ampliar el mercado y así llegar a más gente y vender más. Hay que resaltar que el individuo es la medida del lujo. El lujo pasa a ser subjetivo según sea clase alta o baja quien lo tenga ya que un lujo para una clase baja puede ser algo habitual en clase alta, y un lujo de la clase alta puede ser algo inalcanzable para la baja. El lujo no es solo demostrar y ostentar, sino también implica un cuidado, una defensa, por eso  fue adquiriendo una nueva forma sin perder sus características antiguas. No sólo se trata de ostentar, sino de conseguir también un mayor bienestar propio, pero influenciado por la cultura Light, sin dejar de nunca de aparentar (La relación salud – físico). El lujo esta relacionado con el cuerpo, la belleza, sentirse mas joven y vital. Por eso los gimnasios, los centros de estética y bronceado son lugares de acogida de este tipo de lujo, donde el culto al cuerpo se ha convertido en algo importantísimo en nuestros días, creando cambios en los cánones de belleza. Hoy se busca el cuerpo perfecto cuando la perfección no existe y se olvida el culto a la mente (de nuevo la Cultura Light).

Poco a poco el lujo se aleja de lo que nos envuelve y se vuelca hacia lo interior, en busca de protección. Ante las amenazas del entorno, se busca tener seguridad del mundo exterior y se crean sistema de alarmas y de defensa costosos, y a veces irracionales, que llevan a una obsesión por la seguridad. En el caso del mercado del automóvil, el lujo esta relacionado con la seguridad (es el deseo de sentirse protegido lo que puede dar  lujo como llevar el coche equipado con tropecientos airbags) y con la marca (al igual que pasa con la ropa, el snobismo no falta en ningún mercado). Este deseo de protección conlleva en realidad no sólo la búsqueda de aventura del lujo, sino el sentido de perpetuidad, de mantener lo que uno posee siempre, así a esta idea podemos ligar el deseo de la eternidad y la lucha contra lo volátil  (operaciones de estética como liftings o liposucciones están a la orden del día) buscando así la eterna juventud. Pero el desafió del lujo no termina en deslumbrar al otro sino en deslumbrar a todo el globo terráqueo y así nos encontramos con gente que paga millonadas por hacer turismo espacial o por cumplir sus caprichos a cualquier precio. El lado mas profundo de estas sensaciones se puede ver en la trasgresión, romper tabúes, hasta llega a la ostentación fetichista. Se resaltan aspectos como las orgías, el sexo, el escándalo público y todo lo que genera provocación. Es un lujo sensacionalista que hace vender muchas portadas de revista.

En tiempos anteriores, el deseo de lujo se producía más en el hombre que en la mujer (la mujer sólo estaba para servir al hombre) y en nuestra sociedad el lujo aparece mas unido a lo femenino que a lo masculino. Sin descartar que haya algunos lujos que son exclusivos del género masculino, el consumo del lujo es predominante en la mujer (productos de belleza, joyas, ropa, perfumes y cosméticos). En la era romana el lujo femenino era degradante y estaba mal visto y considerado como un arte de engaño y de disimulo. A partir del 1700, el lujo en cuanto a la vestimenta femenina comienza a ser prominente. Pero en el siglo XIX es cuando esto se institucionaliza. El mercado de la moda y los diseñadores de la alta costura son las que impulsan el afán de tener más ropa y mejores vestimentas, más llamativas y más costosas. El hombre no participa de este lujo de la moda en la misma medida que la mujer. El hombre se viste de colores más calmados como el negro, signo de austeridad y la mujer colores más vivos símbolo del derroche y la provocación. Todo esto lleva a un cambio de rol y de los cánones de belleza en la mujer, que ayudada por el lujo que da la vestimenta y el culto a la belleza, abandona su rol de ama de casa para transformarse en un ser independiente y que puede ser vista por los demás como un objeto sexual o provocativo (similar a las modelos). No obstante, los expertos en publicidad y marketing, creadores de modas desde que surgieron,  vuelven a utilizar su inteligencia (al igual que hicieron para llegar a más clases sociales con productos de lujo) para crear mediante la cultura Light nuevos cánones de belleza y haciendo aparecer la figura del hombre metrosexual, consiguiendo meter en la mente masculina conceptos y hábitos que hace pocos años eran exclusivos de la mente femenina consiguiendo así que los productos de cosmética, imagen y belleza se amplíen al campo masculino, haciéndoles tener lujos similares a las mujeres y gastando más, es decir explotando y haciendo crecer de nuevo el lujo económico.

 

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